La Cofepris, en coordinación con la Comisión de Evidencia y Manejo de Riesgos (CEMAR), hizo un diagnóstico en el área de cuneros del Hospital General Regional de Culiacán, la cual estuvo cerrada por dos semanas y donde encontró caducos los porrones o recipientes de hiplocorito de sodio, sustancia que se usa como desinfectante para eliminar bacterias.
Por Gabriel Mercado
Ciudad de México, 21 de enero (SinEmbargo/Noroeste).- Los cuneros del Hospital General Regional Número 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Culiacán, donde se ha presentado 19 demandas por la muerte de 23 bebés, tenían materiales de limpieza caducos y lámina oxidadas, y estaban contaminados por dos bacterias, la klebsiella, que es el principal agente causal de la sepsis, y la Escherichia coli, la cual puede causar infecciones intestinales graves.
Esto se reveló a través de un documento entregado vía solicitud de acceso a la información pública presentada por Francisco Cortez Mora, uno de los padres afectados y que demandaron al IMSS por el fallecimiento de su hijo por sepsis neonatal.
En la respuesta, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios dio a conocer estudios realizados por el Laboratorio Estatal de Salud Pública de Sinaloa, los cuales fueron enviados a la Comisión de Control Analítico y Ampliación de Cobertura, y proporcionados además a la Procuraduría General de la República (PGR) y a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) por los casos que se investigan.
La fechas de la toma de los análisis fueron entre el 10 y el 28 de septiembre de 2015, posterior a las denuncias de varios decesos de menores en ese hospital.
De acuerdo con el documento, se realizaron nueve hemocultivos, es decir, nueve muestras de sangre, donde se encontró en ocho la presencia de la bacteria klebsiella, y en el último se halló la E. coli.
También se señala en los documentos que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), en coordinación con la Comisión de Evidencia y Manejo de Riesgos (CEMAR), hizo un diagnóstico los días 19 y 20 de septiembre en el área de cuneros del Hospital General Regional, la cual estuvo cerrada por dos semanas y donde encontró caducos los porrones o recipientes de hiplocorito de sodio, sustancia que se usa como desinfectante para eliminar bacterias.
Además, pidieron remover láminas oxidadas, retirar todo el material obsoleto, innecesario o con superficies orgánicas, como madera, limpieza de ductos y rejillas de ventilación, así como de las lámparas de techo.
El 24 de septiembre hicieron una nueva visita, constatando que se cumplieran los puntos solicitados, y emitieron nueve acciones adicionales, que debían realizarse de manera permanente y correspondían con cuestiones de aseo.
“Aunque los puntos críticos de control sean solventados para la apertura del área de cuneros, esto no garantiza la inexistencia de un riesgo potencial de contaminación, ya que continúan los factores de riesgo y la probabilidad de presencia de infecciones nosocomiales”, señala el documento.